Janeth Orbe, la esposa del coronel César Carrión, ex director del Hospital de la Policía, cumple hoy su noveno día de huelga de hambre y espera pasar el Día de la Madre en la carpa en la que ha estado durante todo este tiempo en los bajos de la Fiscalía. Con su salud seriamente deteriorada, ella dice que seguirá en su lucha hasta que se realice la audiencia de juzgamiento del oficial.
Carrión está acusado de ser supuesto cómplice de intento de asesinato en contra del presidente Rafael Correa, durante la revuelta policial del 30 de septiembre pasado. Sin embargo, su familia rechaza esta versión y asegura que se ha utilizado al oficial políticamente para justificar el argumento del Gobierno de que el Mandatario estuvo secuestrado en el hospital.
Por ello, Orbe inició su protesta hace una semana. Su objetivo, dice, no es que se le ayude a su esposo, sino que pueda ser juzgado imparcialmente, sin presiones desde el Gobierno.
Ella está segura de la inocencia de Carrión, pues la Fiscalía “no ha podido demostrar” ninguna de sus acusaciones.
La audiencia se realizará el lunes, a las 09:00, en el Quinto Tribunal de Garantías Penales de Pichincha. Pero hasta entonces, Orbe continuará en su huelga de hambre.
Un suero, conectado a su mano derecha la ha mantenido hidratada, luego de tantos días de no comer.
En una carpa, colocada en los exteriores de la Fiscalía General del Estado, permanece ella junto a sus hermanos, que se turnan para acompañarla. A cada instante se escuchan pitos de los vehículos que circulan por el lugar, en señal de respaldo. Algunas personas se le acercan y le dicen que no desista en su demanda, que muchos la apoyan.
“No decaiga. Usted es un ejemplo de lucha, de madre, que nos enseña que no debemos bajar los brazos. Me recuerda a mi madre que era igual de luchadora que usted”, le dijo ayer José, un anciano, luego de entregarle una tarjeta por el Día de la Madre, que se celebrará el domingo.
Orbe agradece cada gesto y dice que eso le levanta el ánimo. Pero en su rostro se refleja la tristeza de estar casi siete meses sin su esposo y de que sus hijos hayan tenido que vivir esta amarga experiencia.
Los pequeños pasan la noche en la casa de su hermana. Ella les da de comer, les manda al colegio. En la tarde, los niños, Dense y Andrés, van a la carpa con su madre. Allí hacen los deberes y se entretienen
“No perdemos las fuerzas. Estamos unidos y seguiré peleando hasta que se compruebe que mi esposo es inocente”, aclara Orbe.
En la mitad de la av. Eloy Alfaro, un rótulo dice: “Soy padre no asesino. Carrión, inocente”. Poco a poco los pitos se vuelven insistentes y Orbe y sus hermanos agradecen el gesto con un puño en alto.
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